5 situaciones que hubieras evitado con una cerradura digital
La cerradura mecánica manual es uno de los grandes inventos de la humanidad, que ha sido capaz de acompañarnos durante más de 100 años sin necesidad de introducir grandes cambios en su mecanismo. Tanto es así que, a día de hoy, sigue siendo el sistema más instalado en los hogares, por delante de la cerradura digital.
Pero, ¿sabes en realidad por qué la cerradura convencional sigue siendo la más utilizada? Pues, básicamente, por una cuestión económica: el precio de una cerradura digital es claramente superior al de una cerradura manual.
Sin embargo, si la comparas con una cerradura digital, el mecanismo y funcionamiento de una cerradura convencional es muy básico y lleno de limitaciones.
Como ejemplo, vamos a plantearte 5 situaciones típicas con una cerradura manual, tan frecuentes como desagradables, que hubieras evitado con una cerradura digital.
1.— Te dejaste las llaves dentro de casa
No poder entrar en casa porque te has dejado las llaves dentro es un clásico de los dramas domésticos. Ya sea porque te marchaste apresuradamente y olvidaste agarrarlas al salir. O porque la puerta se cerró accidentalmente, justo cuando estabas hablando con el vecino de enfrente.
El hecho es que dejarte las llaves dentro de casa, puede resultar todo un problema, especialmente cuando vives solo.
Y es que quedarse fuera no solo es una situación incómoda. También puede ser peligrosa, si te dejaste la estufa prendida, en lo que salías momentáneamente.
Por no hablar del gasto de tener que llamar a un cerrajero, cuando no queda otra opción.
En cambio, con una cerradura digital nunca tendrás que pasar por una situación similar, ya que podrás desbloquearla con tu huella dactilar, ingresando una contraseña o desde tu mismo celular.
2.— Quieres salir de casa y no aparecen las llaves.
Esta sería la situación inversa a quedarse fuera de casa, pero igual de fastidiosa. ¿A quién no le ha pasado? Justo cuando vas a salir de casa para ir al trabajo o a un evento, las llaves de casa no aparecen por ningún lugar.
Ves que pasan los minutos y las llaves no aparecen por ningún lado, por más que revuelves entre la ropa, y la buscas por todos los rincones de la casa.
Aunque solemos tener un sitio fijo para dejar las llaves cuando llegamos a casa, lo cierto es que, a veces, olvidamos hacer ese gesto rutinario. Por despiste, o por tener la cabeza en otra cosa, las dejamos en la bolsa del pantalón, en la cocina, o en cualquier otro sitio insospechado.
Encontrarlas se convierte en todo un ejercicio de memoria, especialmente frustrante cuando tienes prisa por llegar a algún sitio.
3.— Cuando tienes que pedir a tu ex que devuelva las llaves de casa
Finalizar una relación amorosa es una de las sensaciones más desagradables que la mayoría de las personas experimentamos alguna que otra vez en la vida.
Todo se vuelve frío e incómodo y solo quieres pasar página a un periodo que, de repente, parece una gran pérdida de tiempo.
Uno de los momentos más delicados y con mayor carga emocional siempre ha sido pedirle a la otra persona que te entregue las llaves de casa.
Todo lo que representa una pareja, la convivencia y el proyecto común, están representados en ese juego de llaves, así que la situación puede llegar a ponerse bastante emocional.
Una cerradura inteligente te va a ahorrar ese momento tan delicado. Borrar una huella o una tarjeta RFID es algo que puedes hacer tú solo en cualquier momento.
4.— ¿Echaste la llave a la cerradura o no?.
Imagina que vas en un taxi camino del aeropuerto. Es tu primer día de vacaciones y en apenas 3 horas tu vuelo sale rumbo a un paradisíaco destino.
Compruebas que llevas contigo tu pasaporte y tratas de hacer repaso a todas las tareas pendientes que tenías en casa antes de salir: En ese momento no recuerdas si echaste la llave a la cerradura.
¿Qué haces? ¿Te marcharías diez días, sabiendo que tu puerta puede ser abierta, sin gran dificultad? ¿O le pides al chofer que de media vuelta, aun a riesgo de no llegar a tiempo al aeropuerto?
No sé tú, pero yo no estaría para nada tranquilo, y mis temores harían lo imposible por arruinarme las vacaciones.
Salvo, claro, que se trate de una cerradura digital. ¿Sabes por qué? Pues porque estas cerraduras cuentan con un modo de bloqueo automático que se activa a los pocos segundos de cerrar la puerta.
Además, si se trata de una cerradura con conectividad WiFi, con mi smartphone también puedo saber si la cerradura está desbloqueada y bloquearla remotamente, desde el taxi, el aeropuerto, o tumbado en una hamaca, frente al mar.
5.— Entraron a robar en tu domicilio
Imagina que no le dijiste al chófer que se regresara, cuando dudaste si habías asegurado o no la cerradura de casa.
Te marchaste despreocupado al aeropuerto, disfrutaste tus diez días de vacaciones, y al llegar en casa, cansado de un largo viaje, descubres que la puerta ha sido forzada sin aparente gran esfuerzo y tu casa ha sido desvalijada.
Adiós a tu pantalla de 50 pulgadas del Buen Fin. Adiós a tu iMac, a la impresora láser y a tu disco duro externo de 1 Terabyte. Y solo acabas de empezar a hacer recuento de daños.
¿Sabes cómo podrías haber evitado que forzaran tu puerta y entrarán? Efectivamente, con una cerradura digital.
Las cerraduras inteligentes sin llave son mucho más seguras que cualquier cerradura convencional, ya que al no tener ranura ni cilindro, las técnicas habituales para forzar una cerradura no sirven.
Además, las cerraduras digitales disponen de funciones adicionales de seguridad contra intrusos, que detectan cualquier intento sospechoso de forzar su mecanismo, bloqueándolo y haciendo sonar una alarma que ahuyentará al delincuente.
Ante cualquier situación anómala, la cerradura te enviará una notificación de alerta a tu smartphone, lo que te permitirá actuar a tiempo y tomar las medidas necesarias.