Cómo crear una auténtica Smart Home (II)
En la primera parte de nuestro artículo “Cómo crear una Smart Home”, te mostramos los dispositivos básicos con los que puedes empezar a darle forma a tu casa inteligente: router WiFi, bocinas con asistente voz, cerraduras WiFi, focos LED e interruptores inteligentes…
En esta segunda parte vamos a explicarte como puedes dar una vuelta de tuerca a la domótica, y lograr automatizar tu hogar de una manera que, probablemente, nunca imaginaste. Para ello será necesaria la intervención de un hub y de otros dispositivos más especializados, como sensores y actuadores WiFi
¡No te lo pierdas!
10.- ¿ZigBee o Z-Wave para casa inteligente?
El hub es un elemento indispensable para llevar tu Smart Home a un nivel superior en automatización. Si quieres que tu proyecto domótico evolucione y siga creciendo, debes liberar tu router de conexiones a dispositivos inteligentes y comenzar a utilizar una tecnología más optimizada para casas inteligentes.
En el momento de elegir un hub y otros dispositivos inteligentes para tu sistema domótico, es posible que te encuentres por primera vez con dos términos que, a partir de ahora, tomarán especial relevancia en los planes para tu Smart Home: ZigBee y Z-Wave.
Los hubs domóticos no emplean la conexión WiFi para comunicarse con los dispositivos inteligentes. En su lugar, trabajan principalmente con Zigbee y Z-Wave, dos protocolos de comunicación inalámbrica que ofrecen mayor rapidez y menor consumo energético que el WiFi.
ZigBee y Z-Wave han sido desarrollados por diferentes fabricantes. Así que, como ya podrás sospechar, ambos protocolos son incompatibles entre sí.
Una cerradura digital que funcione con Zigbee y un sensor de movimiento con tecnología Z-Wave no serán capaces de trabajar conjuntamente, salvo que nuestro hub sea compatible con ambos protocolos.
Por eso, a la hora de planificar tu sistema domótico, lo más conveniente sería decidir primero qué protocolo escoger, para evitar que tu Smart Home se convierta en una «Torre de Babel», con dispositivos que hablan en diferentes lenguajes informáticos.
Después de comparar sus características, como el alcance de su señal, la velocidad de transferencia de datos o el número máximo de dispositivos que podemos conectar a nuestra red, nuestra conclusión es que ZigBee y Z-Wave son muy similares en rendimiento. Por lo que podríamos hablar de un empate técnico literal.
Pero te voy a contar un secreto: hay un pequeño detalle que seguramente hará que te comiences a decidir por el Zigbee para tu hogar inteligente
Grandes compañías como Ikea, Philips, Amazon, Xiaomi o Samsung están apostando por ZigBee, básicamente porque les permite modificar el código original, para que sus dispositivos y hubs funcionen de forma exclusiva con su propia versión del protocolo.
¿Qué es una escena domótica?
A la hora de incorporar un hub a nuestra casa inteligente, el principal atractivo lo encontramos en la posibilidad de configurar complejas escenas domóticas.
En términos técnicos, la escena domótica es una automatización secuencial ejecutada por un dispositivo inteligente, y que ha sido previamente programada por el usuario.
La escena (también llamada rutina) puede ser activada por un comando de voz, un horario, un interruptor o un sensor y consta de una o más acciones.
Por ejemplo, si cuentas con una bocina inteligente y unos focos WiFi, puedes configurar un comando de voz para que se prendan las luces, sin tener que usar el interruptor.
Esta sería una rutina muy sencilla, que puedes ejecutar al entrar en tu casa, y solo necesitas dos elementos conectados a la red WiFi.
Ahora bien, con un completo sistema domótico basado en un hub, ante esta misma situación cotidiana, se pueden configurar rutinas mucho más complejas y elaboradas:
Al llegar frente a nuestra puerta, desbloqueamos nuestra cerradura digital. El desbloqueo de la cerradura digital activa un foco inteligente, que se encenderá de manera automática cuando entremos en casa, siempre y cuando el sensor de luminosidad detecte que no hay suficiente luz natural.
Avanzamos unos metros y un sensor de movimiento detecta nuestra presencia, dando la orden al sistema de aire acondicionado para que se ponga en funcionamiento. Pero este solo se pondrá en marcha, si la temperatura alcanza los grados que hemos definido en el termostato inteligente.
Como has podido ver, esta segunda escena domótica incluye una serie de condicionantes para la activación de cada una de sus secuencias: luminosidad, temperatura y movimiento. Y la participación de diferentes dispositivos inteligentes (sensores, focos, cerraduras, termostatos…) controlados por un hub domótico.
Sensores domóticos para Smart Home
La inteligencia de tu sistema domótico estará definida por su capacidad de actuar de manera automatizada, según determinados parámetros establecidos, sin que sea necesaria tu participación. Y para eso, los sensores son una pieza clave e indispensable.
Los sensores son dispositivos capaces de recoger información física de su entorno y enviar dicha información al sistema domótico, que actuará en consecuencia a la información recibida.
Dentro de la domótica, existe una gran variedad de sensores que puedes instalar en tu casa inteligente. A continuación, te muestro los más conocidos.:
Sensor crepuscular o de luminosidad:
Mediante un chip foto celular, identifica y mide los diferentes niveles de luz a su alrededor, enviando la información al sistema domótico.
El sensor de luminosidad puede actuar como interruptor invisible, apagando y prendiendo focos de manera automática, según los valores que hayas programado. Cuando este tipo de sensores trabaja conjuntamente con focos LED, tu sistema domótico tendrá la facultad de graduar la intensidad de su brillo, en función de la iluminación que esté recibiendo el sensor.
También puedes automatizar las persianas en función de la luz solar, instalando el sensor de luminosidad en el exterior de la vivienda.
Sensor de apertura:
Se acopla principalmente a puertas o ventanas y consta de dos elementos magnéticos. En el momento en que estos elementos se separan, el circuito magnético se interrumpe y el sensor envía la señal al cerebro domótico.
Te alerta ante cualquier apertura en ventanas, puertas, escritorios, etc. Pero el sensor de apertura también se puede coordinar con sistemas de climatización e iluminación, optimizando el consumo energético.
Sensor de movimiento o volumétrico:
Detecta formas en movimiento mediante infrarrojos y puede activar dispositivos de seguridad, como alarmas, o bloquear cerraduras inteligentes.
Puede ser útil a la hora de reducir el gasto de gas, si programas tu sistema inteligente de calefacción para que entre en funcionamiento solo si hay personas en el interior de casa.
Al combinarlo con focos inteligentes, serviría para iluminar un lugar cuando el sensor de movimiento perciba una presencia, sin necesidad de utilizar el interruptor, abrir una app o pronunciar un comando de voz.
Sensor de agua:
Se instala a ras de suelo y sirve para advertirnos que se ha detectado un fuga de agua en nuestra Smart Home y el piso se está comenzando a inundarse. También podemos instalarlos en bañeras, jacuzzis y tinas.
Sensor de humo o gas:
Su función se limita al ámbito de seguridad y son vitales para la detección de incendios y fugas de gas. Su activación puede poner en marcha alarmas cierre del paso de gas, desbloqueo de cerraduras inteligentes y apertura de ventanas automatizadas.
Sensor de temperatura:
El termostato inteligente es imprescindible para controlar la temperatura de nuestro hogar y mejorar el rendimiento de nuestro sistema de climatización.
La utilidad de los sensores inteligentes cobra especial relevancia cuando los combinamos con actuadores inteligentes, que tienen la capacidad de transformar la información recibida en acciones mecánicas.
11.- Actuador WiFi
Mientras que los sensores leen y miden algún tipo de energía o acción física, para transformarla posteriormente en una señal eléctrica, el actuador WiFi funciona de forma inversa: recibe una señal eléctrica y la transforma en una energía o reacción física.
El actuador es Wifi es necesario para poder manipular a distancia, y sin participación directa nuestra, elementos del hogar que no están provistos de un motor y software propios.
Te pongo un ejemplo: imagínate que tienes un toldo manual retráctil instalado en tu terraza.
Al incorporar un anemómetro y un actuador inteligentes, podrás configurar ambos dispositivos para que el toldo comience a recogerse automáticamente, en el momento en que la fuerza del viento alcance una determinada velocidad.
Los actuadores WiFi pueden ejercer fuerzas de tipo lineal o circular. Las fuerzas lineales servirían para mover objetos de manera horizontal y vertical, como cortinas, persianas, puertas corredizas, toldos o carpas, portones…
Los actuadores WiFi de tipo circular son necesarios para que el sistema domótico pueda manipular mecanismos de giro, como las válvulas de cuarto y media vuelta que abren y cierran el paso del agua, o del gas.